A lo largo de este manual hemos intentado dejar bien claro,
desde el principio, que la paz es un instrumento de transformación
social, una herramienta intelectual de comprensión y de análisis,
pero también un instrumento de transformación, de cambio, que
nos ayude a comprender en qué punto estamos, qué horizontes
queremos alcanzar y cómo establecer los pasos para acercarnos a
él.
Esta vocación transformadora se puede apreciar desde los pri-
meros capítulos sobre la paz, así como en los relativos a los con-
flictos –particularmente los referidos a regulación y prevención de
conflictos y a la relación de éstos con los sentimientos–. Cuando
hablamos de violencia lo hacemos siempre apuntando a la necesi-
dad de crear acciones capaces de limitarla. Asimismo, en el apar-
tado sobre la noviolencia se pone de relieve el fuerte potencial
transformador que ésta alberga, como puede apreciarse especial-
mente en el capítulo sobre Poder, política y noviolencia. Todo ello nos
conduce al convencimiento de que es necesario hacer planes cada
vez más específicos para promover la paz [XVI. Agendas de la Paz]
En este sentido, está claro que la educación, formal y no for-
mal, y la cultura han sido ejes fundamentales de la Investigación para
la Paz y que, de cara al futuro, constituyen las bases fundamenta-
les sobre las que crear nuevos valores y actitudes que nos acer-
quen, en definitiva, a una Cultura de Paz [XV. Cultura de Paz y
Educación]
Asimismo, es necesario trazar un horizonte normativo y «real»
en el cual sea posible satisfacer parte de nuestros deseos y anhelos
de lograr un mundo más pacífico. Y este horizonte no puede ser
otro que el futuro, un futuro que –tal como nos enseñan los deno-
minados «estudios del futuro»– puede ser pensado, estudiado y
construido con la ayuda de la reflexión y de la «ciencia». Es impor-
tante entender que el futuro no es un lugar utópico e inalcanzable,
sino una realidad que comienza a funcionar y a ser posible desde el
momento en que comenzamos a dar los pasos y a poner los medios
para acercarnos a él [XVII. Futuro, Seguridad y Paz]
miércoles, 16 de noviembre de 2016
lunes, 14 de noviembre de 2016
Promover la participación democrática
Entre los cimientos
imprescindibles para la
consecución y el mantenimiento
de la paz y la seguridad figuran
principios, prácticas y
participación democráticos en
todos los sectores de la sociedad,
un gobierno y una administración
transparentes y responsables, la
lucha contra el terrorismo, el
crimen organizado, la corrupción,
el tráfico ilícito de drogas y el
blanqueo de dinero
imprescindibles para la
consecución y el mantenimiento
de la paz y la seguridad figuran
principios, prácticas y
participación democráticos en
todos los sectores de la sociedad,
un gobierno y una administración
transparentes y responsables, la
lucha contra el terrorismo, el
crimen organizado, la corrupción,
el tráfico ilícito de drogas y el
blanqueo de dinero
Promover la paz y la seguridad internacionales
Los adelantos logrados en los
últimos años en materia de
seguridad humana y desarme
comprendidos los tratados sobre
las armas nucleares y el que
prohíbe las minas antipersonales
deben alentarnos a actuar con
más denuedo todavía en favor de
la negociación de soluciones
pacíficas, la eliminación de la
producción y el tráfico de armas,
las soluciones humanitarias en
situaciones de conflicto y las
iniciativas una vez que éstas
finalizan
últimos años en materia de
seguridad humana y desarme
comprendidos los tratados sobre
las armas nucleares y el que
prohíbe las minas antipersonales
deben alentarnos a actuar con
más denuedo todavía en favor de
la negociación de soluciones
pacíficas, la eliminación de la
producción y el tráfico de armas,
las soluciones humanitarias en
situaciones de conflicto y las
iniciativas una vez que éstas
finalizan
domingo, 13 de noviembre de 2016
Manifiesto 2000 para una cultura de paz y no violenciaEditar
Tomando el año 2000 como un nuevo comienzo, se intenta concienciar al mundo sobre la necesidad de tener una cultura de No Violencia y con esto se exige la participación de todos en este cambio evolutivo, en el cual 5 parámetros principales nos ayudarán a forjar un mundo más justo, más solidario, más libre, digno y armonioso, y con mejor prosperidad para todos. Nuestro país debe ser uno libre de la guerra, conflictos, corrupción, y cosas negativas que afecten a las personas y al futuro que viene, no malogremos el futuro ya que podría ser más productivo que esta fecha actual o podría ser todo lo contrario dependiendo del cuidado que tengamos los de la actualidad.
Rechazar la violenciaEditar
Practicar la No violencia activa y rechazar la violencia física, sexual, psicológica, económica, social y en todos sus aspectos, en particular a los más débiles, como son los niños y adolescentes. Hoy en día, existe el llamado "Bullying" que se da mayormente en los colegios, por lo que debemos educar a nuestros hijos hacia una cultura de paz y así vivir en una cultura que no tolere la violencia.
Liberar la generosidadEditar
Compartir el tiempo y los recursos materiales para terminar con la exclusión, la injusticia y la opresión política y económica.
Escuchar para comprenderEditar
Defender la Libertad de Expresión y la "Diversidad Cultural", privilegiar el "diálogo" sin ceder al fanatismo y al rechazo, también es cuando una sola persona o más aconsejan bien a una persona que está confundida y necesita de consejos; y una persona debe aprender a escuchar como también debe aprender a comprender a las personas que nos rodean.
Preservar el PlanetaEditar
Promover un consumo responsable y tener en cuenta la importancia de la vida y el equilibrio de los recursos naturales del Planeta en el que vivimos.
Movimiento Por Una Cultura De La Paz
Movimiento por una cultura de la pazEditar
Para octubre de 2006, el Movimiento por una cultura de la paz incluía aproximadamente 700 organizaciones, que participaron en un informe sobre los avances en dicha cultural en el año 2005.[2] Dicho informe fue inscrito en la Resolución A/60/3[3] adoptada por la Asamblea general de la ONU en 2005, fue reconocido específicamente por Bangladesh, la Unión Europea, Qatar, las Islas Fiji y Tailandia.
viernes, 11 de noviembre de 2016
cultura de paz por medio de la educación
¿Qué es la cultura de paz?
Según la definición de las Naciones Unidas (1998, Resolución A/52/13), la cultura de paz consiste en
una serie de valores, actitudes y comportamientos que rechazan la violencia y previenen los
conflictos tratando de atacar sus causas para solucionar los problemas mediante el diálogo y la
negociación entre las personas, los grupos y las naciones. La Declaración y el Programa de Acción
sobre una Cultura de Paz (1999, Resolución A/53/243) identifican ocho ámbitos de acción para los
actores al nivel local, nacional y internacional que proponen:
1. Promover una cultura de paz
por medio de la educación
mediante la revisión de los planes
de estudio para promover
valores, actitudes y
comportamientos que propicien la
cultura de paz, como la solución
pacífica de los conflictos, el
diálogo, la búsqueda de
consensos y la no violencia. Este
nuevo planteamiento de la
educación también debería
orientarse hacia las siguientes
metas
Según la definición de las Naciones Unidas (1998, Resolución A/52/13), la cultura de paz consiste en
una serie de valores, actitudes y comportamientos que rechazan la violencia y previenen los
conflictos tratando de atacar sus causas para solucionar los problemas mediante el diálogo y la
negociación entre las personas, los grupos y las naciones. La Declaración y el Programa de Acción
sobre una Cultura de Paz (1999, Resolución A/53/243) identifican ocho ámbitos de acción para los
actores al nivel local, nacional y internacional que proponen:
1. Promover una cultura de paz
por medio de la educación
mediante la revisión de los planes
de estudio para promover
valores, actitudes y
comportamientos que propicien la
cultura de paz, como la solución
pacífica de los conflictos, el
diálogo, la búsqueda de
consensos y la no violencia. Este
nuevo planteamiento de la
educación también debería
orientarse hacia las siguientes
metas
jueves, 10 de noviembre de 2016
que es la cultura de paz?
Hola me presento mi nonbre es EDUARDO HERNANDEZ...i hoy les boy a yablar de que es la cultura de paz.
Niñas y niños adolecentes etc de las Escuelas Asociadas a laprepa cobaem las guacamayas en la marcha por la paz y la no violencia en Quito
Las Naciones Unidas definen cultura de paz, “como un conjunto de valores, actitudes, comportamientos y estilos de vida que rechazan la violencia y previenen los conflictos atacando a sus raíces a través del diálogo y la negociación entre los individuos, los grupos y los estados”.
Desde el 2001 la UNESCO lidera el “Decenio Internacional de una Cultura de Paz y no violencia para niños y niñas del mundo”; dentro de este mandato, la organización coordina y ejecuta actividades en conexión con el derecho internacional de una cultura de paz en la que intervienen otras entidades de Naciones Unidas, gobiernos y agentes de la sociedad civil.
La educación de calidad juega un papel importante en este ámbito ya que se basa en la inclusión que promueve la equidad como base sólida para una convivencia social positiva donde se fomente la democracia y los derechos humanos dentro de la comunidad educativa como parte de la construcción de un ambiente escolar formativo.
La integración en una educación de calidad es un compromiso adoptado por El Marco de Acción del Foro Mundial de Dakar (2000), donde se promovió un ambicioso plan para promover un acceso equitativo e inclusivo a la educación para todos los ciudadanos del mundo. La educación para todos enfatiza poner atención en los derechos, la equidad, la relevancia y la pertinencia para construir un nuevo paradigma en la educación como derecho de todos.
Dentro de este marco y en la región andina el Sector de Educación de la Oficina de la UNESCO en Quito tiene el objetivo de fortalecer el enfoque de cultura de paz y derechos humanos en las instituciones educativas, donde se desarrolla el pleno ejercicio de derechos.
Conscientes de que la línea de acción Derechos Humanos y Cultura de Paz es transversal en todo el trabajo del Sector, se han determinado las siguientes actividades para el bienio 2010-2011:
Niñas y niños adolecentes etc de las Escuelas Asociadas a la
Las Naciones Unidas definen cultura de paz, “como un conjunto de valores, actitudes, comportamientos y estilos de vida que rechazan la violencia y previenen los conflictos atacando a sus raíces a través del diálogo y la negociación entre los individuos, los grupos y los estados”.
Desde el 2001 la UNESCO lidera el “Decenio Internacional de una Cultura de Paz y no violencia para niños y niñas del mundo”; dentro de este mandato, la organización coordina y ejecuta actividades en conexión con el derecho internacional de una cultura de paz en la que intervienen otras entidades de Naciones Unidas, gobiernos y agentes de la sociedad civil.
La educación de calidad juega un papel importante en este ámbito ya que se basa en la inclusión que promueve la equidad como base sólida para una convivencia social positiva donde se fomente la democracia y los derechos humanos dentro de la comunidad educativa como parte de la construcción de un ambiente escolar formativo.
La integración en una educación de calidad es un compromiso adoptado por El Marco de Acción del Foro Mundial de Dakar (2000), donde se promovió un ambicioso plan para promover un acceso equitativo e inclusivo a la educación para todos los ciudadanos del mundo. La educación para todos enfatiza poner atención en los derechos, la equidad, la relevancia y la pertinencia para construir un nuevo paradigma en la educación como derecho de todos.
Dentro de este marco y en la región andina el Sector de Educación de la Oficina de la UNESCO en Quito tiene el objetivo de fortalecer el enfoque de cultura de paz y derechos humanos en las instituciones educativas, donde se desarrolla el pleno ejercicio de derechos.
Conscientes de que la línea de acción Derechos Humanos y Cultura de Paz es transversal en todo el trabajo del Sector, se han determinado las siguientes actividades para el bienio 2010-2011:
lunes, 7 de noviembre de 2016
que es la paz,cultura,complejidad,educación,
La evolución de la humanidad está llena de guerras y conflictos y realmente no se puede explicar sin ellos. Muchísimas veces nuestra alternativa personal para resolver un conflicto es la violencia y la imposición. Durante el proceso de la historia y en la vida cotidiana vemos continuamente que cuando un poder o alguien se impone a otro mediante la fuerza, este poder está predispuesto a que se vuelva a perder por el mismo sistema, por la fuerza. Se acepta que la fuerza es el recurso , último o habitual cuando está interiorizado como parte de la cultura propia y de nuestra forma de hacer para obtener la razón. De esta forma se continua dando ejemplo para perpetuar el mismo mecanismo de resolución de conflictos, la fuerza, y se está construyendo una sociedad violenta y en permanente amenaza, siempre en nombre de la razón y la verdad. Y cada vez que hay una imposición por la fuerza se dan muchos pasos hacia atrás en el progreso social, si no es que se destruye totalmente lo conseguido hasta ese momento. Pero a pesar de esta realidad la mayoría de las personas continúan pensando que la violencia y la imposición no es el mejor camino para resolver los problemas y que una sociedad en paz sería muy deseable para el bienestar propio y para el progreso de la humanidad.. Para ello, para conseguir una sociedad en paz, como rasgo distintivo de la especie humana, tenemos la inteligencia que nos permitiría comprender y reflexionar sobre la realidad que nos rodea desde una perspectiva global, además de comunicarnos, asociarnos y utilizar la libertad para crear y construir una sociedad mejor. También es cierto que la inteligencia se puede utilizar para todo lo contrario pero seria una inteligencia mal entendida en cuanto estas actuaciones van en contra del progreso de la misma humanidad.
1. Y qué es la paz
Parece que la definición de paz no tendrá que ver tan solo con que no haya guerra., hecho que por descontado es imprescindible para el desarrollo. Esto seria una concepción muy frágil y un tanto negativa en cuanto que concebirla solamente como la ausencia de guerra sería indicativo de una cultura de violencia. Por lo expuesto anteriormente se deduce que la paz es una forma de interpretar las relaciones sociales y una forma de resolver los conflictos que la misma diversidad que se presenta en la sociedad hacen inevitables. Y cuando hablamos de conflictos, no nos referimos tan sólo al conflicto bélico sino también a la contraposición de intereses entre personas o grupos o las diferentes formas de entender el mundo. Nos referimos al conflicto como un hecho natural de las relaciones sociales por lo que la solución de estos conflictos no puede ser mediante la violencia pues estaríamos asegurando de forma permanente una sociedad violenta. Tampoco los mecanismos de solución establecidos por la sociedad pueden dilatarlos tanto como para que estos conflictos deriven en violencia o conflicto armado. Por tanto la paz sería evidentemente una ausencia de guerra, pero ante todo y como estructura preventiva, la paz sería un estado activo de toda sociedad en la búsqueda de una sociedad más justa. En esta sociedad los mecanismos para resolver los conflictos deberían ser los propios de las capacidades que la inteligencia humana nos permite como: la comunicación., el diálogo y la cooperación. Estas capacidades consideradas las básicas de una cultura de la paz, deberían ser aplicadas en todos los ámbitos y escalas de la sociedad: en la familia, en la empresa, en la política y también a nivel local y a nivel internacional.
Generalmente se dice que la resolución de los conflictos de esta forma es una utopía. Contra esto hay pocos argumentos .Es cierto que es una utopía en tanto que no se ha alcanzado y que es difícil hacerlo de forma generalizada. Pero esto no supone que tengamos que seguir aceptando inevitablemente una sociedad violenta, con la que en principio, la inteligencia humana nos dice que no podemos estar de acuerdo. Quien dice que es una utopía, y que no se puede hacer nada, está aceptando la sinrazón de la violencia y bloqueando cualquier intento de solución pacífico. Y por qué no, también podríamos decir que es una utopía pensar que, con una cultura de la violencia como la dominante, la humanidad puede progresar y que las futuras generaciones recibirán como legado los elementos y las condiciones para un futuro mejor que el nuestro, como sería nuestra responsabilidad, Y de todas formas equivocarse en el intento de un proyecto de desarrollo correspondiente a una cultura de la paz no sería tan dramático como lo es y está siendo, desarrollarse en la cultura de violencia. También se dice que hablar en términos planetarios de salud, paz, libertad, justicia, democracia es utópico, pero de forma contextualizada la utopía de estas palabras tiene grados y significados diferentes y concretos .A pesar de considerase utópica, la inmensa mayoría de las personas considera deseable esta utopía y quieren caminar en esta dirección considerando negativo cualquier paso en sentido contrario. Por esto, la paz también es un punto de referencia hacia el que se ha de caminar, y sobre todo responde a un modelo de convivencia y desarrollo sostenible en el futuro. La utopía es un instrumento al servicio de la transformación de la sociedad. La educación también tiene esta función transformadora y necesita de utopías para ir hacia ellas. Una de esta es la paz, y desde una visión sistémica la construcción de la cultura de la paz podría ser la utopía referente, para lo que deberíamos hablar también de justicia, libertad, democracia, tolerancia y desarrollo. Porque no podemos olvidar que en la raíz de la violencia están las desigualdades económicas y la pobreza, el bloqueo de las posibilidades de desarrollo, los gobiernos autoritarios, las discriminaciones por razón de sexo, cultura o color de piel, etc.. y que la solución de estos problemas sociales y económicos a todas las escalas es prioritario para que se pueda eliminar la violencia y construir la paz.
2. La cultura de la paz y la conciencia social
La paz empieza por el rechazo de la violencia como forma de solucionar los conflictos. Y para que esto pueda ser posible se debe dar un amplio consenso al respecto, es decir la paz se debe interiorizar culturalmente y esto supone erradicar la cultura de la guerra y la violencia como forma de resolver los problemas que genera el modelo de desarrollo actual. Se piensa que la guerra es injusta y dramática para los seres humanos, pero también se considera inevitable en muchos casos. Es un ejemplo claro de que con el dominio de la cultura de la violencia las soluciones violentas siempre están justificadas y que si no se realizan cambios conceptuales y se toman medidas preventivas se recurrirá siempre a la violencia como último recurso. La cultura de la paz se centra sobre todo en los procesos y en los métodos para solucionar los problemas y esto supone generar las estructuras y mecanismos para que se pueda llevar a cabo. Su generalización persigue la erradicación de la violencia estructural (pobreza, marginación, etc..), así como la violencia directa, mediante el uso de procedimientos no violentos en la resolución de conflictos y mediante medidas preventivas.
La construcción de una cultura de la paz es un proceso lento que supone un cambio de mentalidad individual y colectiva. En este cambio la educación tiene un papel importante en tanto que incide desde las aulas en la construcción de los valores de los que serán futuros ciudadanos y esto permite una evolución del pensamiento social. Los cambios evolutivos, aunque lentos, son los que tienen un carácter más irreversible y en este sentido la escuela ayuda con la construcción de nuevas formas de pensar. Pero la educación formal no es suficiente para que estos cambios se den en profundidad. La sociedad, desde los diferentes ámbitos implicados y desde su capacidad educadora, también deben incidir y apoyar los proyectos y programas educativos formales. Así es importante que se genere un proceso de reflexión sobre como se puede incidir en la construcción de la cultura de la paz, desde los medios de comunicación, desde la familia, las empresas, las unidades de producción agrícolas, desde los ayuntamientos, desde las organizaciones no gubernamentales, desde las asociaciones ciudadanas, etc.. Se trata de generar una conciencia colectiva sobre la necesidad de una cultura de la paz enraizada en la sociedad con tanta fuerza que no deje lugar a la violencia. Y se trata de que los gobiernos tomen conciencia de esta cultura de la paz y de los factores y condicionantes que la facilitarían, tal como eliminación de las situaciones de injusticia, distribución más equitativa de la riqueza, eliminación de la pobreza, derecho a la educación en igualdad de condiciones, etc.. Y por otro lado que conviertan esta conciencia en una nueva cultura de administrar el poder.
3. Complejidad
La violencia y su último exponente, la guerra se suele justificar en nombre de la posesión de la verdad y para ello se tiende a simplificar o ponderar las variables que explican la realidad. La realidad es compleja y la construcción de esta cultura de la paz se tiene que hacer cada vez más en un mundo complejo que se ha ido construyendo de forma paralela al progreso. Un mundo en que cada vez intervienen más elementos y factores de forma interrelacionada que se han de analizar para su comprensión. Por eso la conciencia de la necesidad de esta cultura de la paz tan sólo es posible si se acepta y comprende esta complejidad. El carácter complejo de nuestra sociedad es irreversible y no podemos renunciar a esa complejidad que es creciente. Se puede no entender o no querer entenderla y obviarla pero no por ello desaparece. Muchas veces la negación de esta complejidad ( en la diversidad, interrelación, multicausalidad, interdependencia) se utiliza como argumento para actitudes xenófobas, intolerantes. Son actitudes violentas de defensa y de miedo cuyo origen es la ignorancia y la simplificación de la dinámica social y cuyos efectos incidirán en gran manera en el progreso del país o del planeta. La educación para la paz ha de potenciar la aceptación y comprensión de esta complejidad y ha de redundar en ella mediante sus métodos: el diálogo, el respeto y la cooperación.
4. Principios de la educación para la paz
La educación para la paz debe asentarse en una base sólida y realista. Como decíamos antes hay que tener como referente el marco de la utopía, pero apoyándose en la realidad. Cualquier intento de educación si no tiene un buen fundamento en la realidad será poco efectiva, y en el caso de la educación para la paz es fundamental partir de ella para comprenderla y poder transformarla. Y desde esta realidad se deberían evitar dos tendencias que suelen aparecer cuando intentan establecer los principios básicos. Una tendencia es la de desanimarse o abandonar antes de empezar al postular que sólo habrá paz cuando se haya producido una conciencia universal y se haya renunciado a la violencia. En todo caso éste sería un objetivo final en el marco de la utopía, difícil de conseguir, puesto que siempre habrá personas, grupos o países gobernados por la violencia. No se trata de conseguir a ultranza la homogeneidad o la unanimidad, sino de crear una conciencia mayoritaria en favor de la paz. En realidad las guerras no se hacen por unanimidad, ni incluso en las que tienen más implicación internacional.
La otra tendencia gira sobre la idea de que cambiando las estructuras políticas, económicas y sociales es suficiente para que haya paz. Esto es cierto, y seria necesario, pero como se ha comentado anteriormente, las estructuras responden a un modelo de sociedad y de desarrollo y este a una concepción y una escala de valores que lo preside. Por tanto es fundamental generar una conciencia social y un cambio en los valores para que se pueda incidir en la erradicación de los factores estructurales y coyunturales que general la violencia y así construir una cultura de la paz. De todas formas, es evidente que si se consigue cambiar las estructuras a formas democráticas y equitativas socialmente ya habremos dado pasos importantes hacia la cultura de la paz. El camino es un proceso mixto de creación de conciencia individual y social, junto con los cambios de estructuras sociales, económicas, políticas y culturales para avanzar en la construcción de la cultura de la paz.
Como decíamos, un ámbito de intervención fundamental, para generar conciencia social, es la educación, aunque no es el único. Algunos de los principios de la educación para la paz son:
Educar para la paz supone enseñar y aprender a resolver los conflictos. El conflicto está presente de forma permanente en nuestra sociedad como manifestación de la diversidad de intereses y cosmovisiones. Los conflictos que suelen tener diversidad de causas y argumentaciones: territoriales, culturales, económicas, sociolaborales, etc.., tradicionalmente se resuelven mediante el uso de la fuerza y mediante la imposición de la voluntad del más fuerte. No hay soluciones mágicas pero hay mecanismos para resolver los conflictos de forma diferente y que forma parte de la cultura de la paz:
Eliminación de los factores socioeconómicos que pueden generarlo .
Desarrollo de una justicia nacional e internacional
Previsión del conflicto mediante la observación y política e intervenir para redimensionarlo.
Control y autocontrol de la agresividad.
Diálogo, negociación o mediación sin que obligatoriamente haya de haber vencedores y vencidos.
Estrategias y técnicas didácticas para educar en el aula.
Educar para la paz es una forma particular de educar en valores. Cuando educamos, consciente o inconscientemente estamos transmitiendo una escala de valores. Educar conscientemente para la paz supone ayudar a construir unos valores y actitudes determinados tales como la justicia, libertad, cooperación, respeto, solidaridad, la actitud crítica, el compromiso, la autonomía, el dialogo, la participación. Al mismo tiempo se cuestionan los valores que son contrarios a la paz como la discriminación, la intolerancia, la violencia, el etnocentrismo, la indiferencia, el conformismo. Así la construcción de una cultura de la paz fundamentada en los valores anteriores quiere decir que debe haber un compromiso social desde todas las esferas generando políticas e intervenciones que los refuercen.
Educar para la paz es una educación desde y para la acción. No se trata de educar para inhibir la iniciativa y el interés sino para encauzar la actividad y el espíritu combativo hacia la consecución de resultados útiles a la sociedad. Se trata de participar en la construcción de la paz.
Educar para la paz es un proceso permanente y por tanto esto se ha de recoger en los proyectos educativos. Esto también ha de quedar recogido en los programas o intenciones de los agentes educativos no formales tal como medios de comunicación, organismos no gubernamentales, administraciones locales, etc..
Educar para la paz supone recuperar la idea de paz positiva. Esto implica construir y potenciar en el proceso de aprendizaje unas relaciones fundamentadas en la paz entre los alumnos-padres-profesores; entre ciudadano y poder. De ello se deriva la necesidad de afrontar los conflictos que se den en la vida del centro y en la sociedad de forma no violenta.
Educar para la paz desde el curriculum escolar implica darle una dimensión transversal de forma que afecte a todos los contenidos de todas las áreas o disciplinas que se estudian pero también a la metodología y organización del centro. Esta habrá de establecer los mecanismos que la favorezcan.
Finalmente podemos decir que metodológicamente se debería intervenir desde los diferentes ámbitos de influencia (escuela, medios de comunicación, ONG, movimientos asociativos, familias, etc..) para :
Proporcionar situaciones que favorezcan la autoestima como base importante de las relaciones personales y sociales.
Proporcionar situaciones que favorezcan la comunicación y convivencia con el interior y el exterior de los contextos.
Participar en celebraciones y actos relacionados con la paz y solidaridad.
Crear climas democráticos en las aulas, centros y otros contextos de relación.
Fomentar la reflexión, el intercambio de opiniones y la argumentación como defensa.
Fomentar la comprensión de los puntos de vista de los compañeros
Consensuar y difundir las normas de convivencia.
Fomentar el trabajo en grupo y los proyectos colectivos.
Utilizar técnicas de reflexión y desarrollo moral: debates sobre experiencias, clarificación de valores, discusión de dilemas, resolución de conflictos, dramatizaciones, juegos de simulación, etc..
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